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miércoles, 27 de julio de 2011

Cuento: Bajo la Lluvia


Bajo la Lluvia

Es más fácil obtener lo que se desea
con una sonrisa que con la punta
de la espada.”

William Shakespeare.
 

Empezaba a llover. Era una noche de luna llena que iluminaba por completo la calle. El viento se encargaba de portar de niebla y frío a la familiar escena.
Como si se tratara de una persecución se escuchaban pasos  rápidos y  ligeros  de una persona que corría desesperadamente bajo la lluvia. Miraba hacia todos los edificios que se encontraban a la orilla de la calle, tratando de identificarlo. Todos los establecimientos estaban cerrados, parecía que se acercaba una tormenta y ya era bastante tarde.
Por fin lo divisó, entre una vieja panadería y una maltratada casa de adobe se encontraba lo que estaba buscando: un antiguo edificio de dos pisos con una gran puerta de un café muy oscuro. Se detuvo ante ella mientras las lágrimas invadían  su rostro. Se trataba de una hermosa joven de pelo negro y largo,  que indudablemente se encontraba en una gran tristeza. La muchacha tocó la puerta, y espero por una respuesta. Sin embargo aquél  edificio no ofreció ninguna. Su corazón se aceleraba, en su mente comenzaron a brotar los miles de recuerdos que no hacían mas que atravesar su ánimo como una espada. Recordó una vez más escuchar su voz. Se concentró en este su último recuerdo mientras tocaba la puerta por última vez.
La tormenta había llegado, en su rostro ya no se podían distinguir las lágrimas y las cataratas de agua del cielo que la atravesaban, con la cabeza baja y un hueco en su alma caminó unos cuantos pasos. Llegó hasta donde sus pies lo permitieron, ya no tenía fuerzas para continuar y cayó.
 ….
Desperté sudando frío. Todo aquello había sido un sueño, la mujer, los edificios, aquella calle tan familiar. Casi involuntariamente me asomé por entre las cortinas de mi  ventana. Era de noche, llovía. Aunque mi apartamento estaba justo enfrente de la calle, no había ningún ruido, probablemente por  la hora. Sin embargo algo me había  despertado. La lluvia golpeaba con fuerza el asfalto,  el viento arrasaba contra el techo de la casa del al lado. Una verdadera tormenta.
Miré hacia los lados de la cuadra, justo en la esquina estaba una joven sentada debajo de una lámpara, con las manos en su rostro húmedo y pálido. Me asusté; aquella mujer con su delicado cabello marchito por el frío de la lluvia, que se iluminaba de forma  intermitente por el brillo de los relámpagos de aquella tormenta, era la misma que había visto en mi sueño.
Sentía una enorme curiosidad, solamente comparada con la sensación de miedo que me producía esa escena. No podía creerlo. Me levanté de mi cama, atravesé rápidamente mi cuarto hasta llegar al baño. Lavé mi cara con el pensamiento de que mi mente sólo estaba completando el sueño que acababa de tener, imaginando cosas. Volví a asomarme por la ventana y… ¡Ahí estaba, era real!
Entonces lo comprendí todo, baje las escaleras, corrí desesperadamente hacia la puerta de mi apartamento. Una vez  afuera, la tormenta desapareció para mí. Lo único que mis sentidos percibían en ese momento era la joven  sentada, que al verme dirigirme hacia ella se puso de pie.
Aquellos 100 metros se me hicieron eternos, el tiempo parecía detenerse con cada paso que daba. Por fin la tuve  de frente, al verme sus grandes ojos  dejaron entonces de emanar lágrimas. Me miraba fijamente, me tomó de la mano mientras una gran sonrisa aparecía en su rostro.
-Te estaba esperando-dijo-. Pensé que nunca despertarías.

2 comentarios:

  1. Wow... es... IN CREI BLE
    Tienes una forma de atrapar y dejar con los ojos hundidos a cualquiera.
    ¡Qué final!... de esos finales que dejan pensando, una historia dentro de un enorme cuento (y no por el tamaño) sino por clase de cuento.
    Felicidades, debes saber que tienes (si así tu lo decides) un gran futuro en estas artes

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  2. Muchas Gracias Sammantha! Me alegro de que te gustara.
    jeje pues no se si será tanto, pero seguiré escribiendo porque me gusta mucho, es una forma genial de desestresarme y dar un poco de palabras a mi mundo imaginario.
    Gracias por leerlo :)

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