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sábado, 23 de julio de 2011

El Nombre

Postrados en un asiento
de polvo
borramos los colores
de una pintura
de Picasso.
Hicimos un pacto
para conservar nuestra memoria
en una quimera de palabras
sin identidad.
Nuestras manos cerraron
el trato.
Y un beso lo condenó
a una fantasma
eternidad.

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