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miércoles, 28 de septiembre de 2011

Hallazgos II

Constantemente
confundo mis dedos
con ramas sobre el papel.
Tanto que pareciera
que en vez de poesía
la tinta se convierte
en hojas.



martes, 27 de septiembre de 2011

Cuento: Guerrero



El ruido de la máquina devolvió su mente al asiento donde se encontraba, antes de eso divagaba en cómo el humo parecía formar palabras de despedida, palabras que él no pudo escuchar.
Dentro del tren tenía su nido el silencio, todos los pasajeros se miraban entre sí o desviaban su vista al paisaje que estaban por dejar, pensando quizás lo mismo que él.
De esta forma comenzó el viaje y el joven sintió que su esqueleto se quedaba en aquél lugar, se sintió incompleto. Sabía que el frío de los asientos no era siquiera comparable con el vacío y la incertidumbre que albergaba. En su pensamiento poeta las voces cobraban vida en forma de palabras que él mismo se encargaba, casi de manera autómatica, en convertir en tinta en su pequeña libreta que siempre le hacía compañía.

“Quiero que mi angustia sea pasajera
que viaje en tren de estación en estación
y se aleje humeante de mi pecho.”

Entonces soltó su pluma, cerró sus ojos y pensó en un rostro, durmiendo entre sus costillas, justo al lado de esa bomba de sangre que lo mantenía aún con vida, para su desgracia.
De nuevo su trance fue interrumpido, esta vez el tren parecía gritar su nombre mientras avanzaba por la llanura y se adentraba poco a poco en la oscuridad de la noche.
No podía dejar de pensar en esos ojos brillantes y tenues como la brisa. Sentía una profunda impotencia al recordar cómo había obtenido el pasaje a esa máquina infernal en la que se encontraba y en cómo no había tenido tiempo ni para decir adiós a los labios que tanto lo extrañarían.
El viaje se había extendido ya por varias horas. Horas en las que la desdichada alma no podía sino golpear su cabeza contra el vidrio de la ventana, tratando de convencerse a sí mismo que sólo era un sueño y que así despertaría o al menos estaría lo suficientemente atontado para alivianar la carga de pena que sostenía.
El tren pareció detenerse y entonces como un trueno en seco se escuchó la voz de un hombre, una voz altanera, despiadada. El joven sin embargo no logró entender nada, solamente siguió el rastro que dejaban las huellas de los demás hombres.
Ya no era él. El ambiente pesaba tanto sobre sus hombros que caminar se hacía una proesa.
Su habitación era grande, pero no era sólo suya. Treinta camarotes, quince de cada ala,   lo recibieron. En su cama como en todas las demás había únicamente lo indispensable: una almohada, una sábana y por supuesto... un fusil.


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Ojalá en este mundo hubiera menos soldados y más poetas.


Hallazgos I

A veces
no puedo sentir el sol,
debe ser que mi piel
es nocturna

sábado, 24 de septiembre de 2011

Jinete

Gime la última campana de la noche
en el lamento que diseca mis huesos
La violencia en mi boca
escapa en un grito de sangre
Es la muerte siniestra...
que cabalga por mi cuerpo

jueves, 22 de septiembre de 2011

Rumores

Podría arrancar uno a uno
los pelos de mi cabeza,
mezclarlos con mi pasado
y tirarlos a la furia del mar,
para que las sombras tristes
no tropiecen con mis huellas.
Podría tapar los oídos del mundo,
cobijarme de verdades
y  defender con espada
mis flaqueantes decisiones.
Pero no quiero más sangre
en vaso de ojos ajenos,
prefiero cubrirme con piel de estatua
y contemplar el paso vacilante
del destino.





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miércoles, 21 de septiembre de 2011

Respiro



Quiero que mi angustia sea pasajera
que viaje en tren de estación en estación
y se aleje humeante de mi pecho.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Caminar

Me acuesto con una daga en la frente
que escupe sal y letras.
Los días se hacen polvo
en la palma seca de mi mano.
La noche se me derrite,
es una paloma de cera en llamas.
Yo no quiero los pies
para ensuciarlos con recuerdos
sino para beberme la tierra
paso a paso.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Acuario



Peces nadan en mis ojos,
se alimentan del miedo
a quedar vacío por dentro.
A veces son pirañas
que buscan la carne cruda y ajena
de mi boca.
Sus dientes son una corona de espinas
que se atora en mi garganta
y desangra mis palabras al salir.
Sus huesos se disfrazan con mi piel
y cortan la raíz de mi pensamiento.
Tengo peces en los ojos
y un mar de redes en la sangre

jueves, 15 de septiembre de 2011

15 de Setiembre...


Me llama la atención cómo tanta gente se "acuerda" de ser tica una vez por año, cómo hoy parece que viviéramos en otro país, todos desfilando con trajes falsos y alegrando con música los oídos de los que todavía están sordos por escuchar, como si estuviéramos por un día tratando de engañarnos a nosotros mismos. Me pregunto... cómo será "el día de la independencia" para alguien que vive esclavizado al hambre, al frío.

Yo no quiero una patria
que se vista de gala una vez por año
y desfile por las calles
repartiendo hambre a quién ya no soporta
más hambre.
No quiero un hogar de tres colores;
el cielo del pobre no es azul,
la paz es blanca sólo en los manteles
de unas mesas altaneras.
Pero la sangre...
tiene color de justicia violenta.
La sangre es roja en la tormenta de mi cuerpo,
roja en el vecino y en la lengua del político.
Yo quiero una patria roja por la sangre
del que muere solo entre cartones
 sin paz sin tierra y sin cielo.

Mientras exista el hambre y la pobreza, seguiremos siendo dependientes de nuestra propia sociedad.


domingo, 11 de septiembre de 2011

Natura

Se acuesta sobre un montaña
para cubrirse con una manada de aire.
Su pelo fertiliza la tierra,
su piel alimenta las nubes
cuando duerme.
La niña llora ríos cristalinos
mientras su madre le compone
una canción de despedida
con el viento:
"Aunque corten mil veces mis raíces
mi savia siempre bailará en tus venas"

sábado, 10 de septiembre de 2011

Eternidad

Saldrá de mis ojos
irreverente y liberada.
Quemará mis dedos
con el ácido de sus espinas
Las cenizas cruzificarán mi ser
en el papel de mi cuerpo.
Moriré como humano:
con los pies en el suelo
para vivir como poesía
con versos y ramas.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Regiones

Agua destilada con llovizna azul,
cae de las hojas de un árbol
plantado en mis venas.
Siento un deseo verde y natural
como si  me bañara con  primavera.
De viaje dentro de mi propia sangre
en un barco mercante sin tripulación.
Es el agua del árbol que me hipnotiza,
me envuelve en su baile de noche
en el que soy verso de mí mismo.



domingo, 4 de septiembre de 2011

Pensamientos


Cómo soy yo
si llevo el hierro de tu sonrisa
atado a mi espalda.
Cómo sos vos
si tenés la astilla de mis ojos
refugiada en tu piel.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Tormenta

Del cielo caen cuerpos
marcados con tu nombre.
Nubes negras rugen
y se despedazan en mi frente.
Rayos de sangre,
tormenta de acero fundido
que azota mi esqueleto:
Te recuerdo y la tristeza
tiene forma de hombre.