¡Sígueme!

viernes, 30 de diciembre de 2011

Conquista

La tierra reclama
en un rugido de ira.

Late por dentro,
la sangre se cuela
por sus ojos.

Los truenos
gritan con dolor.

Son litros de lágrimas
de hijas sin padre
de padres sin hijas.

Es la noche triste
en cada árbol
en cada hoja.

La piel de la selva
se pintó de rojo.

jueves, 29 de diciembre de 2011

El día que fue libre


Imagen tomada de http://www.clairvision.org/
El sol quemó sus ojos. Sus manos lentamente comenzaron a recordar como deslizarse a través del viento que se colaba por la ventana. Abrió su boca pero en un principio solo salió aire. Con mucho esfuerzo logró retomar el control de sí mismo mientras arrancaba desesperadamente de  su garganta las palabras que por casi diez años había querido gritar
- ¡Estoy... vivo!

miércoles, 28 de diciembre de 2011

La Caída de Pakaxa


Imagen tomada de: http://trabajonoviembrediana.blogspot.com

Coquiba los vio llegar desde lejos. Nunca había visto algo parecido.  Desde donde estaba pudo notar sus pieles pálidas y sus cabellos brillantes como el maíz al sol.
Entonces contempló las bestias, casi de su tamaño, del color de la tierra, abriéndose el paso entre la maleza. El miedo se apoderó de su alma, estuvo congelado por un instante y luego volvió en sí.
Supo que debía acercarse, como líder de su gente, tenía que  averiguar de qué se trataba.
Al verlo llegar ellos se detuvieron. Comenzaron a hablar en lenguas extrañas mientras lo señalaban.
Coquiba les dio la bienvenida a Pakaxa, su hogar, pero no obtuvo respuesta. Los miró detenidamente, tenían cubierto todo su cuerpo y en sus manos llevaban unas lanzas bastante raras, eran más brillantes y cortas que las suyas y tenían una forma bastante distinta.
Parecían asustarse cada vez más. Él trató de tranquilizarlos, trató de explicarles que no debían temer, pero nuevamente no le entendieron.  Aún no terminaba cuando uno de ellos lo señaló con su lanza. Se escuchó un golpe seco en el aire, entonces la conmoción se esparció de choza en choza como si se tratara  de un incendio. Fue como un trueno en las noches lluviosas, pero El Gran Tialoc aún no había bendecido su tierra con el agua del cielo.
Inmediatamente Coquiba se vio tumbado  por una una fuerza imponente, estaba confundido. Empezó a sentirse débil. Tocó su pecho... estaba sangrando.
Su última gran hazaña como cacique fue gritar con todas sus fuerzas para que su gente se escondiera.

martes, 27 de diciembre de 2011

Busco el papel

Hoy busco en el papel
un excusa para soñar
con los párpados libres
y la conciencia pura.
Vengo de pie
con la piel expuesta
y los ojos salidos.
Traigo los tatuajes
que me dejó el día
en la frente
en las uñas.
Tengo esta manía
de tragarme el aire
en verbos y adjetivos.
 Hoy  el papel es mi cabeza.
Aquí todo queda inmóvil
eterno.

Se Va

La calle sufre sus pasos
Imagen tomada de:  http://dougmorales.blogspot.com/
al alejarse.
Las piedras se ablandan,
se doblan en tristeza.
Todo lo verde se enferma
se convierte en polvo negro.
Ella se va,
en sus pies se lleva
la vida

lunes, 19 de diciembre de 2011

Sonámbulo

Vuelvo a ser uno
en tercera persona
con manos borrosas
y arterias alocadas.

Tengo el mismo rostro
frente a mi
que me apuñala
con sus ojos
indifierentes.

Y él
(yo)
se desarma
se congela.

Lo veo
exige calor
y una mirada

Pero esos ojos
no lo buscan

Lo asesinan.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Del miedo a ser uno

Temo enfrentarme al espejo con los mismos ojos
pero no con el mismo espíritu.




Del miedo a ser uno

No hay miedo
que no tenga tu rostro
de espaldas
caminante.

Que no abra brechas
en la piel
ni yagas en las manos.

Que no borre el paisaje
ni se vista de polvo
y herrumbre.

No hay miedo que no grite
a lo lejos un nombre
que no te esfume
que no me venza
con la espada
solitaria.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Lejano


Miro hacia donde debería
estar la sombra de alguien más
y sólo veo la pared blanca.
Todavía huele a piel
pero ya no hay nadie.
Todavía está la tierra
llena de palabras.
Todavía está mojada mi cabeza.
Sólo la mía.
Miro miro y miro
como si mirando se convocara
al fantasma de alguien vivo.
Todo está tan quieto
cuando uno extraña.
Sólo las agujas del reloj
se arrastran en círculos,
despacio van gateando.
Nadie quiere llegar
a ninguna parte.
Yo no quiero quedarme aquí.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Ciego

De tanto callar
mi lengua se muere de hambre.
Los pensamientos deambulan
en calles sin sentido.
Las uñas se llenan de polvo
las noches se desgastan al parpadear.
Soy la calle.
Soy la noche.
Los ojos del que no ve
y la lengua del que no habla.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Vos


A Ange
Porque volar es fácil cuando uno tiene
a alguien que le enseñe a hacerlo.
A veces me parece
que nuestras manos 
se confunden
se diluyen
se pierden
y se hacen una sola

A veces me parece
que nos perdemos
en miradas finitas
en caricias cálidas
y nos tenemos
nos llamamos
nos creamos
en ciclos de arena

Otras sin estar
muy seguro de cómo
te hacés viento
volás y volás
y yo sólo te miro

Te llaman mis pies
cansados
Y venís
como una hoja que cae
despacio
y soplás palabras
crecientes y menguantes
a mi piel 

Y  me cargás en tu espalda
en la mía 
en la nuestra 
y de nuevo somos uno
restaurado
presente
futuro.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Preso



Los segundos

uno tras otro

forman una cadena

infinita.

Veo todo congelado

el viento, las ramas

los pulmones.

Sentado sobre la noche

sangro días y años.

Yo espero.

Él parece que no.



*La imagen proviene: http://frebar1025.blogspot.com/2009/07/no-estas-deprimidoestas-distraido.html

miércoles, 2 de noviembre de 2011

66 Kg

En esta época del año
soy árbol en una tormenta.
El fracaso se pone mis zapatos
y se mira con mis ojos.
No hay murallas que se traguen
el camino.
Soy yo el ladrillo seco.
Inerte, sin pies.
La montaña.
Debe ser que cargo
a noviembre en un hombro
y en el otro desnudo
llevo mi nombre.

domingo, 30 de octubre de 2011

Sin voz

Silencio claro.
Silencio muerto.

No hay día que no vea
los pájaros en los cables
reposando callados.

Me veo desde el aire.
Un envase de piel
sin boca.
Sin palabras.

No hay nadie,
los devoró la soledad
que se esconde
en las paredes.

Tengo frío,
desde arriba parezco
un esqueleto.
Uno hecho de raíces.

Muchas voces caminan
a lo lejos.
Pasos que se acercan
y se alejan indiferentes.
Los veo.
Siguen la marcha fúnebre,
todos ciegos, todos sordos.
En silencio.

domingo, 23 de octubre de 2011

En Silencio



 Para Andrés el mejor amigo de un hombre no era ningún animal sino su propia sombra. Él solía sentarse en un sofá y su amiga siempre lo acompañaba. Tomaban whisky juntos. Andrés hablaba y su sombra parecía entenderlo a la perfección. 
Tal vez por eso fue que ella no hizo nada para detenerlo aquella noche. Tal vez fue por eso que no lo juzgó con desaprobación  ni protestó por la docena  de  pastillas, sólo se quedó callada. Esa misma noche, fue tan grande  su amistad  que Andrés no quiso irse  solo y al apagar la luz, descansaron juntos para siempre.



jueves, 20 de octubre de 2011

Salvaje

Jabalíes furiosos,
le rugen hambrientos a mi hígado.
Una manada de leones
devora la carne que se apega
a mi osamenta.
Mi pierna fue raptada,
por las garras de un buitre callejero.
Apacible,
me dejo comer mientras sonrío.
¿Que le importa a la zebra caída,
un muslo desgarrado?
No pierde la batalla,
sólo duerme en el cuerpo
de otra especie.
Vengan  salvajes, tomen mi cabeza.
A mí  nadie me exigió
domesticar mis latidos.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Inconciente

Otra vez
con pies en el techo
¡Benditos zapatos rebeldes!
Secuestrado.
Traicionado.
Me calza mi sombra
se burla mientras me diseca.
No soy yo el que deambula indiferente,
es que tengo tobillos sumisos
y talones necios.

Opaco

Fuego que se mece
con el vaivén de la lluvia.
¿Tendrá la paz hojas y ramas?
o seré yo el que pesa menos...
Me convierto:
Soy polvo.
Ceniza en dedos difusos.
El viento me extinguió

martes, 11 de octubre de 2011

Reflejo

Frente al espejo
uno no puede quejarse del frío.
Adentro no hay fogatas o témpanos,
sólo dibujos que se mueven
imitando facciones y miradas.
En él no amanece
ni muere de a poco el día.
De pronto uno no tiene alma,
sino cicatrices en forma de piel.
Uno se juzga bajo uno mismo
y trata de ser más como la imagen.
Frente al espejo siempre aparecen dos
pero uno no deja de ser uno.

lunes, 10 de octubre de 2011

Hallazgos III


Me pasa que cuando escucho
espadas huecas que se afilan,
las paredes sacan brazos
que asfixian mis células.
Comparto mi ser con el frío eterno.
Y prefiero inundarme en el olor
de la tierra mojada sobre mí
a los litros de estupidez rapante
que invade mis oidos.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Hallazgos II

Constantemente
confundo mis dedos
con ramas sobre el papel.
Tanto que pareciera
que en vez de poesía
la tinta se convierte
en hojas.



martes, 27 de septiembre de 2011

Cuento: Guerrero



El ruido de la máquina devolvió su mente al asiento donde se encontraba, antes de eso divagaba en cómo el humo parecía formar palabras de despedida, palabras que él no pudo escuchar.
Dentro del tren tenía su nido el silencio, todos los pasajeros se miraban entre sí o desviaban su vista al paisaje que estaban por dejar, pensando quizás lo mismo que él.
De esta forma comenzó el viaje y el joven sintió que su esqueleto se quedaba en aquél lugar, se sintió incompleto. Sabía que el frío de los asientos no era siquiera comparable con el vacío y la incertidumbre que albergaba. En su pensamiento poeta las voces cobraban vida en forma de palabras que él mismo se encargaba, casi de manera autómatica, en convertir en tinta en su pequeña libreta que siempre le hacía compañía.

“Quiero que mi angustia sea pasajera
que viaje en tren de estación en estación
y se aleje humeante de mi pecho.”

Entonces soltó su pluma, cerró sus ojos y pensó en un rostro, durmiendo entre sus costillas, justo al lado de esa bomba de sangre que lo mantenía aún con vida, para su desgracia.
De nuevo su trance fue interrumpido, esta vez el tren parecía gritar su nombre mientras avanzaba por la llanura y se adentraba poco a poco en la oscuridad de la noche.
No podía dejar de pensar en esos ojos brillantes y tenues como la brisa. Sentía una profunda impotencia al recordar cómo había obtenido el pasaje a esa máquina infernal en la que se encontraba y en cómo no había tenido tiempo ni para decir adiós a los labios que tanto lo extrañarían.
El viaje se había extendido ya por varias horas. Horas en las que la desdichada alma no podía sino golpear su cabeza contra el vidrio de la ventana, tratando de convencerse a sí mismo que sólo era un sueño y que así despertaría o al menos estaría lo suficientemente atontado para alivianar la carga de pena que sostenía.
El tren pareció detenerse y entonces como un trueno en seco se escuchó la voz de un hombre, una voz altanera, despiadada. El joven sin embargo no logró entender nada, solamente siguió el rastro que dejaban las huellas de los demás hombres.
Ya no era él. El ambiente pesaba tanto sobre sus hombros que caminar se hacía una proesa.
Su habitación era grande, pero no era sólo suya. Treinta camarotes, quince de cada ala,   lo recibieron. En su cama como en todas las demás había únicamente lo indispensable: una almohada, una sábana y por supuesto... un fusil.


---------------------------------------------------------------
Ojalá en este mundo hubiera menos soldados y más poetas.


Hallazgos I

A veces
no puedo sentir el sol,
debe ser que mi piel
es nocturna

sábado, 24 de septiembre de 2011

Jinete

Gime la última campana de la noche
en el lamento que diseca mis huesos
La violencia en mi boca
escapa en un grito de sangre
Es la muerte siniestra...
que cabalga por mi cuerpo

jueves, 22 de septiembre de 2011

Rumores

Podría arrancar uno a uno
los pelos de mi cabeza,
mezclarlos con mi pasado
y tirarlos a la furia del mar,
para que las sombras tristes
no tropiecen con mis huellas.
Podría tapar los oídos del mundo,
cobijarme de verdades
y  defender con espada
mis flaqueantes decisiones.
Pero no quiero más sangre
en vaso de ojos ajenos,
prefiero cubrirme con piel de estatua
y contemplar el paso vacilante
del destino.





...............................................................

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Respiro



Quiero que mi angustia sea pasajera
que viaje en tren de estación en estación
y se aleje humeante de mi pecho.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Caminar

Me acuesto con una daga en la frente
que escupe sal y letras.
Los días se hacen polvo
en la palma seca de mi mano.
La noche se me derrite,
es una paloma de cera en llamas.
Yo no quiero los pies
para ensuciarlos con recuerdos
sino para beberme la tierra
paso a paso.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Acuario



Peces nadan en mis ojos,
se alimentan del miedo
a quedar vacío por dentro.
A veces son pirañas
que buscan la carne cruda y ajena
de mi boca.
Sus dientes son una corona de espinas
que se atora en mi garganta
y desangra mis palabras al salir.
Sus huesos se disfrazan con mi piel
y cortan la raíz de mi pensamiento.
Tengo peces en los ojos
y un mar de redes en la sangre

jueves, 15 de septiembre de 2011

15 de Setiembre...


Me llama la atención cómo tanta gente se "acuerda" de ser tica una vez por año, cómo hoy parece que viviéramos en otro país, todos desfilando con trajes falsos y alegrando con música los oídos de los que todavía están sordos por escuchar, como si estuviéramos por un día tratando de engañarnos a nosotros mismos. Me pregunto... cómo será "el día de la independencia" para alguien que vive esclavizado al hambre, al frío.

Yo no quiero una patria
que se vista de gala una vez por año
y desfile por las calles
repartiendo hambre a quién ya no soporta
más hambre.
No quiero un hogar de tres colores;
el cielo del pobre no es azul,
la paz es blanca sólo en los manteles
de unas mesas altaneras.
Pero la sangre...
tiene color de justicia violenta.
La sangre es roja en la tormenta de mi cuerpo,
roja en el vecino y en la lengua del político.
Yo quiero una patria roja por la sangre
del que muere solo entre cartones
 sin paz sin tierra y sin cielo.

Mientras exista el hambre y la pobreza, seguiremos siendo dependientes de nuestra propia sociedad.


domingo, 11 de septiembre de 2011

Natura

Se acuesta sobre un montaña
para cubrirse con una manada de aire.
Su pelo fertiliza la tierra,
su piel alimenta las nubes
cuando duerme.
La niña llora ríos cristalinos
mientras su madre le compone
una canción de despedida
con el viento:
"Aunque corten mil veces mis raíces
mi savia siempre bailará en tus venas"

sábado, 10 de septiembre de 2011

Eternidad

Saldrá de mis ojos
irreverente y liberada.
Quemará mis dedos
con el ácido de sus espinas
Las cenizas cruzificarán mi ser
en el papel de mi cuerpo.
Moriré como humano:
con los pies en el suelo
para vivir como poesía
con versos y ramas.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Regiones

Agua destilada con llovizna azul,
cae de las hojas de un árbol
plantado en mis venas.
Siento un deseo verde y natural
como si  me bañara con  primavera.
De viaje dentro de mi propia sangre
en un barco mercante sin tripulación.
Es el agua del árbol que me hipnotiza,
me envuelve en su baile de noche
en el que soy verso de mí mismo.



domingo, 4 de septiembre de 2011

Pensamientos


Cómo soy yo
si llevo el hierro de tu sonrisa
atado a mi espalda.
Cómo sos vos
si tenés la astilla de mis ojos
refugiada en tu piel.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Tormenta

Del cielo caen cuerpos
marcados con tu nombre.
Nubes negras rugen
y se despedazan en mi frente.
Rayos de sangre,
tormenta de acero fundido
que azota mi esqueleto:
Te recuerdo y la tristeza
tiene forma de hombre.


martes, 30 de agosto de 2011

Sin cabeza

Arrancaré el polvo de mis entrañas.
Extirparé el tumor de miedo
que clava sus ramas en mi sien.
Renaceré en una gaviota azul
para poder casarme con el viento.
Surcaré el jardín de mis propios ojos
con un traje de piel sin cadenas.

Aparento

La sonrisa fingida
los ojos esclavizados
la nada burlesca
las neuronas estúpidas
el tiempo anciano
yo desierto.

lunes, 29 de agosto de 2011

Petición III

Desnuda con tu voz mis oídos.
Susúrrame tus latidos en una canción
con aliento a regreso.
Empaña mis ojos con tu silueta.
Hipnotiza mi carne como sirena
y llévame a las aguas profundas
de tu espalda.

domingo, 28 de agosto de 2011

Petición II


Envuélveme tus labios para llevar
con la luz tenue de un cuarto
sólo para dos.
Confíame tus manos,
cúbrelas con la cobija de las mías,
que bailen juntas hasta que caigan
sus hojas y saquen raíces.
Llena con palabras
el vaso de mi poesía.
Escríbeme,
bórrame,
corrígeme.
Conviertete en golondrina de tinta
y corta mis pies con un verso.

viernes, 26 de agosto de 2011

Petición I

Ven,
no importa que sea despacio;
bailando un bolero
o sobre el caparazón de una tortuga.
Trae la sonrisa de papel
en la que dibujé el contorno de mi piel.
Ven como la noche
que cabalga sobre la luna.

Deja que tu espalda aventurera
siga el rumbo de mis huellas
Cuando llegues construiremos un castillo
con nuestros huesos.

jueves, 25 de agosto de 2011

Hermanos

Me miró:
Del suelo nacieron manos
que me ataron a la tierra.
En mis venas ya no corría sangre;
mi corazón bombeaba café amargo.
Mis brazos tenían ramas,
el sol tiñó de verde mi pelo
y de mi boca brotaba clorofila.
La miré con la fruta que salía de mis ojos.
Palpé su rostro vegetal
con mis espinas
y comprendí su ser:
Siempre fuimos iguales.

domingo, 21 de agosto de 2011

Lienzo de Sol




La espalda de tela,
con costuras y remaches.
Cicatrices de palabras
tejidas con aguja de desprecio.
Desnuda,
tiene un esqueleto de papel
bordado con hilos de humo rojo
que murmuran su abandono
por los poros


sábado, 20 de agosto de 2011

Poesía

Fantasma de ojos grandes,
mujer con frío y cobre en las venas.
Espejismo de la noche
formado con gotas que caen
hasta crear piedra en el papel.
Fuego negro.
Sonrisa con alas que cubren mis párpados.
¡Devuelveme a mi cuerpo
ángel de la muerte!

miércoles, 17 de agosto de 2011

Delito

Acostarse duele cuando la culpa
crea clavos en la cama.
Cuando la espalda extendida se rasga
con el puñal de la soledad.
Es el karma que duerme bajo la almohada
con un revólver apuntando a la memoria.
Avalancha de palabras exiliadas
que obstruyen el orificio de los ojos.
Acostarse duele y más de noche
cuando las cobijas son plantas carnívoras
que devoran lágrimas.

martes, 16 de agosto de 2011

De Paseo II


Que imponente el viento con su rugido
que hace caminar a los árboles,
que arranca  gritos al silencio
y domestica cualquier montaña.
(Mi manos son sólo polvo hecho piel,
casadas de sentir como se resbala
más polvo a través de ellas)
Que imponente el viento,
cuando se filtra por mis oídos
y tumba los edificios de mi mente.
A veces quisiera ser viento
para derrumbarme a mí mism
o...

lunes, 15 de agosto de 2011

Auto-Construcción

Me gustaría cavar un pozo en mi pecho
hasta que la sangre embriague la sed
de mis arterias.
Quisiera arrancar de célula en célula
el tejido que me ata a mis huesos
para así volar con el viento.
Me encantaría rasgar mis pulmones
con un cuchillo de aire.
Que la paz enferme mis neuronas
y de mis ojos salgan llamas de vida.
Me gustaría cavar un pozo en mi pecho
para ser verdaderamente libre.

domingo, 14 de agosto de 2011

Gea

Mi sombra se despedazó en el suelo,
formando aviones de papel en mis pies.
El piso se derritió y el aire me supo a sequía.
Lejos quedó el caparazón de piel,
mi esencia descalza inundó el universo.
Los ríos llevaban paz en sus espaldas,
las piedras comían nubes de silencio.
De la tierra nacían palabras sin espinas,
y bebí de ellas para ser otra vez humano.

sábado, 13 de agosto de 2011

Incendio


Una chispa nace del choque
de sangre con neuronas.
Camina cultivando cicatrices,
se alimenta con el fruto de los huesos.
Busco extinguirla con la cobija de tierra,
pero se embriaga con viveza
en una copa de recuerdos sin fondo.

viernes, 12 de agosto de 2011

Pandora


Se abrió la caja negra,
se inundó la noche
con el humo asfixiante del pasado.
Voló la sangre azul hecha letras
desgarrando la espalda del tiempo.
Miles de espantos ocuparon
la habitación de la memoria
con espadas y flechas envenenadas de llanto.
Entonces la mano culpable fue herida
por la punta de sus mismos dedos

miércoles, 10 de agosto de 2011

Cuarto de Pájaros


Aliento de libertad.
De esa sapiencia
propia y subjetiva
de los libros.
La noche dejó húmedo
el rostro verde.
Violín silenciado
por las lágrimas de piedra.
Se desploman versos y colores
en el papel teñido
de piel y hueso.

lunes, 8 de agosto de 2011

Huida


Pasos golpean el suelo
arrancando metros.
Tijeras.
Son tijeras de piel
que cortan el viento.
Secuencia de caricias 
de tierra y carne
que gradualmente se convierten
en guerra.
Es sangre que nace de más sangre,
es uno y es todo en sus pies.
Pies con alas de desespero
y sed de extinguirse en el agua.
El agua de la muerte.

viernes, 5 de agosto de 2011

De Paseo

Como se divierte el mar
revolcando la arena,
transformando los castillos
que armaba con ella
en escombros de sal y fracaso.

(Mis huellas no son más
que caracoles errantes,
que llevan el hogar
en sus hombros)...

Como se divierte el mar
de noche,
absorbiendo La Luna
mientras en su lecho
se desangra y muere,
igual que todo.

martes, 2 de agosto de 2011

La Verdad

Una palabra rodó de mi boca
bajó  quemando el silencio,
intenté atraparla, mis manos extendidas
fueron lentas ante el filo de su certeza.
Dio vueltas como burlándose de mi despojo
se partió en dos para apuñalar mis piernas,
su peso fue mucho para mis rodillas agotadas
que tuvieron que doblarse en su presencia.
La palabra ya estaba en mis pies
jugando a calzar mis dedos atormentados.
No se percató por su embriague de orgullo
que había abandonado su trono 
y que ahora, era yo quién la pisaba.




Cuento: Atrapado

Abrí mis ojos, pero la oscuridad de la noche no me dejaba distinguir el entorno que me rodeaba. El suelo estaba húmedo como si una fuerte lluvia hubiera azotado hace poco aquél lugar extraño en que me encontraba.
El sentido comenzó a regresarme tras mi desvanecimiento, empezaba a sentir el profundo frío que maltrataba mi cuerpo. Con mucha dificultad conseguí levantarme, sólo para presenciar gracias a la poca luz proveniente de la luna que se filtraba por entre los árboles, que me encontraba en una especie de bosque. A mi alrededor no había más que ramas, hojas y una gran cantidad de vegetación que se unía con aquella oscuridad y todo aquello se convertía en una tétrica escena que penetraba de un inmenso terror mis huesos haciéndolos temblar como si estuviera siendo sacudido por alguien más, sin embargo me encontraba solo.
Mi instinto me dictaba averiguar dónde me encontraba y por esto no había prestado atención a algo mucho más evidente. Mi pecho estaba cubierto de sangre tan roja y viva que parecía brillar bajo la luz de la luna. Mis pies reflejaban una intenso maltrato producto de un largo recorrido que luego pude comprobar por las marcas de mis huellas en el barro.
Habiendo recuperado ya, casi en su totalidad, mi aliento reuní todas mis fuerzas en recordar que había pasado y así averiguar de alguna forma en qué infernal lugar me encontraba.
Me costaba aún respirar, sentía un profundo dolor en la parte superior de mis espalda . Lentamente y con mucho temor llevé mis manos hacia ese lugar donde me parecía que habitaban intensas fogatas que ardían y quemaban mi piel, para dar cuenta de lo que ya sospechaba: tenía cuatro heridas, por lo que pude palpar tan largas como mi antebrazo de las cuales brotaba una sangre oscura que contrastaba violentamente con la de mi pecho.
Al principio no podía recordar más que una luz indescriptiblemente brillante, un destello cegador que cubría toda mi memoria, pero conforme pasaban los segundos y el viento empezaba a aumentar su soplido lo fui recordando:
Me encontraba en una excursión de carácter científico en la exuberante y desolada isla de Itra al norte de Baritei, en busca de nuevas especies vegetales que habitaban – según se decía - aquél famoso lugar. Una tarde, tras cuatro días de expedición y ningún resultado que valiera la pena mencionar, me consumí en el interior de una espesa selva, hipnotizado por los brillantes colores de las hojas de algunas plantas que me conseguía identificar, hasta que empezó a oscurecer. Un inmenso silencio se apoderó de aquél lugar, ni siquiera se percibía el ruido de los animales típico de una selva como esta, era como si todo ser viviente se hubiera alejado tan rápido como pudo y quedara sólo yo en medio de tanta extrañeza que se empezaba a convertir en una escena terrorífica.
Un rugido atroz como nunca había escuchado tal, resonó por todo el ambiente como si una bestia estuviera cerca, merodeando en busca de su alimento. Los árboles a la distancia comenzaron a mecerse, se escuchaban retumbos de patas golpeando con fuerza el suelo. La bestia se acercaba cada vez más, como olfateando mi sangre. Entonces me paralicé, no podía mover un sólo músculo de mi cuerpo. La sentía cerca, tan cerca pero no podía verla hasta que una ola de estupor recorrió mi espalda, recordé sentir como unas garras se incrustaban en ella desangrándola. Entonces un valor inexplicable me invadió y tomando mi cuchilla para muestras me di vuelta e incrusté el costado del animal en un par de ocasiones. No se podría explicar con palabras el aspecto de aquella monstruosidad; la criatura que medía mas de dos metros de altura, tan oscura como la noche, se mantenía con dos patas en una postura casi humana, pero no había nada de este en sus enormes extremidades superiores que terminaban en aquella filosas garras que habían dejado su horrendo nombre en mi espalda.
La criatura pareció debilitarse ante las estocadas que le propicié a tal punto que cayó al suelo. Esto  me dio ventaja para correr con todas mis fuerzas lo más rápido que pude. La selva parecía conspirar en mi contra, las ramas de los árboles y de cuánta rareza vegetal que permanecía en el lugar parecían querer interponerse en mi camino. Tratando de detenerme como si formaran parte de una malévola conspiración. El barro producto de la lluvia que empezó a caer largaba mis pasos hasta que por la oscuridad, tropecé con una gran raíz que parecía nacer del suelo solamente con ese propósito y caí.

Esto era lo que había sucedido y hasta donde llegaba mi recuerdo, sentí un cierto grado de tranquilidad ya que después de haberme recuperado del desvanecimiento, el lugar donde me encontraba, por más escalofriante y solitario que parecía, se mostraba silencioso y por lo tanto la bestia debió haberse alejado. Al menos eso fue pensé hasta que aquél desgarrador rugido se volvió a escuchar por toda la selva. Una vez más emprendí la carrera por mi vida, aún estaba debilitado por la anterior persecución y las heridas de mi espalda dolían cada vez más. Mientras corría la lluvia había vuelto empapando mi rostro, a lo lejos logré divisar las luces de lo que me pareció un pequeño pueblo mientras que los rugidos de la bestia parecían alejarse. Con muy pocas fuerzas conseguí llegar al pueblo; mojado, herido y sin aliento para continuar caí desmayado ante la puerta de una choza de madera un segundo antes de que pudiera tocarla en un intento desesperado por obtener ayuda.
Una vez más la luz brillante se apoderó de mi y desperté en un lugar nuevamente desconocido. Conforme mi vista se desempañó comencé a temer haber sido  alcanzado por el enorme animal. Tenía una duda creciente de si me encontraba muerto. Sin embargo poco después sentí como me mantenía sujeto a una cama. Un cuarto sin ventanas me acogía. Me encontraba en el mismo lugar que aún hoy, después de 20 años de mi fatal suceso estoy. No se  como llegue aquí o si alguien  irá a leer o aún mas importante, creer, esta historia que escribo. El blanco de las paredes y el silencio que reinan en este lugar me reconfortan. Estoy atrapado pero al menos la bestia no me encontrará aquí.
Hospital Psiquiátrico de Emberg
18 de Octubre de 1823.

domingo, 31 de julio de 2011

Historia del Ciclo

Voló la noche en las alas
de un pájaro sin nido.
Mientras marchaba por el horizonte
un árbol cantaba su historia,
en sus ojos brotaban hojas,
hojas tenues como el agua.
Del suelo nacían manos
que buscaban sus talones,
pero voló la noche en su pájaro negro,
y el árbol se hizo semilla.

viernes, 29 de julio de 2011

Medusa

Volverán
los brillantes ojos de la soledad
a devorar la carne y embriagar de frío.
Digo  volverán porque emprendieron
el mismo viaje que realizan las mariposas
antes de ser ellas mismas.
-¿Metamorfosis?.
-Eso.
Volverán con su mirada de hierro,
con su punzante cobardía que envenena
el vino y el alimento de la mente.
-Exageras.
-No, no hay más exuberancia en mis palabras
que en sus devastadores efectos,
volverán -eso lo aseguro-,
y la noche no tendrá más negro.
Ni nubes el cielo, ni nada.
-¿Romanticismo a estas alturas?
-A la mierda Bécquer y sus golondrinas.
Ya vendrán esos ojos,
ya vendrá la piedra
a apoderarse de las aves,
los corazones y cupidos.
Y entonces quedará sólo la estatua
de lo que solía ser un alma.

jueves, 28 de julio de 2011

La Ciudad

No conozco París, confieso que las noches
me son lo mismo en el mar y en la arena.
A veces me imagino volando sobre las calles 
gritándole al péndulo de la realidad
que me quedé sin aire, pero sigo vivo.
Cuando se apaga la luz de mis ojos
no temo que no vuelva a soplar el día.
Temo que entre un verbo y unas cuantas oraciones 
no llegue nunca a conocer  París.

miércoles, 27 de julio de 2011

Cuento: Bajo la Lluvia


Bajo la Lluvia

Es más fácil obtener lo que se desea
con una sonrisa que con la punta
de la espada.”

William Shakespeare.
 

Empezaba a llover. Era una noche de luna llena que iluminaba por completo la calle. El viento se encargaba de portar de niebla y frío a la familiar escena.
Como si se tratara de una persecución se escuchaban pasos  rápidos y  ligeros  de una persona que corría desesperadamente bajo la lluvia. Miraba hacia todos los edificios que se encontraban a la orilla de la calle, tratando de identificarlo. Todos los establecimientos estaban cerrados, parecía que se acercaba una tormenta y ya era bastante tarde.
Por fin lo divisó, entre una vieja panadería y una maltratada casa de adobe se encontraba lo que estaba buscando: un antiguo edificio de dos pisos con una gran puerta de un café muy oscuro. Se detuvo ante ella mientras las lágrimas invadían  su rostro. Se trataba de una hermosa joven de pelo negro y largo,  que indudablemente se encontraba en una gran tristeza. La muchacha tocó la puerta, y espero por una respuesta. Sin embargo aquél  edificio no ofreció ninguna. Su corazón se aceleraba, en su mente comenzaron a brotar los miles de recuerdos que no hacían mas que atravesar su ánimo como una espada. Recordó una vez más escuchar su voz. Se concentró en este su último recuerdo mientras tocaba la puerta por última vez.
La tormenta había llegado, en su rostro ya no se podían distinguir las lágrimas y las cataratas de agua del cielo que la atravesaban, con la cabeza baja y un hueco en su alma caminó unos cuantos pasos. Llegó hasta donde sus pies lo permitieron, ya no tenía fuerzas para continuar y cayó.
 ….
Desperté sudando frío. Todo aquello había sido un sueño, la mujer, los edificios, aquella calle tan familiar. Casi involuntariamente me asomé por entre las cortinas de mi  ventana. Era de noche, llovía. Aunque mi apartamento estaba justo enfrente de la calle, no había ningún ruido, probablemente por  la hora. Sin embargo algo me había  despertado. La lluvia golpeaba con fuerza el asfalto,  el viento arrasaba contra el techo de la casa del al lado. Una verdadera tormenta.
Miré hacia los lados de la cuadra, justo en la esquina estaba una joven sentada debajo de una lámpara, con las manos en su rostro húmedo y pálido. Me asusté; aquella mujer con su delicado cabello marchito por el frío de la lluvia, que se iluminaba de forma  intermitente por el brillo de los relámpagos de aquella tormenta, era la misma que había visto en mi sueño.
Sentía una enorme curiosidad, solamente comparada con la sensación de miedo que me producía esa escena. No podía creerlo. Me levanté de mi cama, atravesé rápidamente mi cuarto hasta llegar al baño. Lavé mi cara con el pensamiento de que mi mente sólo estaba completando el sueño que acababa de tener, imaginando cosas. Volví a asomarme por la ventana y… ¡Ahí estaba, era real!
Entonces lo comprendí todo, baje las escaleras, corrí desesperadamente hacia la puerta de mi apartamento. Una vez  afuera, la tormenta desapareció para mí. Lo único que mis sentidos percibían en ese momento era la joven  sentada, que al verme dirigirme hacia ella se puso de pie.
Aquellos 100 metros se me hicieron eternos, el tiempo parecía detenerse con cada paso que daba. Por fin la tuve  de frente, al verme sus grandes ojos  dejaron entonces de emanar lágrimas. Me miraba fijamente, me tomó de la mano mientras una gran sonrisa aparecía en su rostro.
-Te estaba esperando-dijo-. Pensé que nunca despertarías.

lunes, 25 de julio de 2011

Cena...

En la mesa hay copas que respiran.
Velas cubiertas de polvo,
hambrientas de fuego,
de letras aladas.
Hay manecillas de reloj que golpean
la puerta de carne y hueso
en un latido recurrente.
Y un cuerpo que absorbe la sangre
que brota del fondo del olvido.

domingo, 24 de julio de 2011

Metalurgia

I.
Tengo frío
por llenar de cobre
mis venas.

II.
Aunque trague
sal y pimienta,
día y noche,
no dejarán de triturarme
los plateados colmillos
de mis huesos.

III.
No duele la espada
que traspasa mis sentidos.
Simplemente me repugna
el olor  desgastado
de mis engranes.

IV.
Es tan eléctrico,
tan contradictorio
ser una máquina
y a la vez un hombre.

sábado, 23 de julio de 2011

El Nombre

Postrados en un asiento
de polvo
borramos los colores
de una pintura
de Picasso.
Hicimos un pacto
para conservar nuestra memoria
en una quimera de palabras
sin identidad.
Nuestras manos cerraron
el trato.
Y un beso lo condenó
a una fantasma
eternidad.

miércoles, 20 de julio de 2011

Inevitable

No me tienta el salto             
hacia el acantilado
del destino.

Pero caeré...
eso es seguro.