¡Sígueme!

domingo, 4 de diciembre de 2011

Lejano


Miro hacia donde debería
estar la sombra de alguien más
y sólo veo la pared blanca.
Todavía huele a piel
pero ya no hay nadie.
Todavía está la tierra
llena de palabras.
Todavía está mojada mi cabeza.
Sólo la mía.
Miro miro y miro
como si mirando se convocara
al fantasma de alguien vivo.
Todo está tan quieto
cuando uno extraña.
Sólo las agujas del reloj
se arrastran en círculos,
despacio van gateando.
Nadie quiere llegar
a ninguna parte.
Yo no quiero quedarme aquí.