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domingo, 30 de octubre de 2011

Sin voz

Silencio claro.
Silencio muerto.

No hay día que no vea
los pájaros en los cables
reposando callados.

Me veo desde el aire.
Un envase de piel
sin boca.
Sin palabras.

No hay nadie,
los devoró la soledad
que se esconde
en las paredes.

Tengo frío,
desde arriba parezco
un esqueleto.
Uno hecho de raíces.

Muchas voces caminan
a lo lejos.
Pasos que se acercan
y se alejan indiferentes.
Los veo.
Siguen la marcha fúnebre,
todos ciegos, todos sordos.
En silencio.

domingo, 23 de octubre de 2011

En Silencio



 Para Andrés el mejor amigo de un hombre no era ningún animal sino su propia sombra. Él solía sentarse en un sofá y su amiga siempre lo acompañaba. Tomaban whisky juntos. Andrés hablaba y su sombra parecía entenderlo a la perfección. 
Tal vez por eso fue que ella no hizo nada para detenerlo aquella noche. Tal vez fue por eso que no lo juzgó con desaprobación  ni protestó por la docena  de  pastillas, sólo se quedó callada. Esa misma noche, fue tan grande  su amistad  que Andrés no quiso irse  solo y al apagar la luz, descansaron juntos para siempre.



jueves, 20 de octubre de 2011

Salvaje

Jabalíes furiosos,
le rugen hambrientos a mi hígado.
Una manada de leones
devora la carne que se apega
a mi osamenta.
Mi pierna fue raptada,
por las garras de un buitre callejero.
Apacible,
me dejo comer mientras sonrío.
¿Que le importa a la zebra caída,
un muslo desgarrado?
No pierde la batalla,
sólo duerme en el cuerpo
de otra especie.
Vengan  salvajes, tomen mi cabeza.
A mí  nadie me exigió
domesticar mis latidos.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Inconciente

Otra vez
con pies en el techo
¡Benditos zapatos rebeldes!
Secuestrado.
Traicionado.
Me calza mi sombra
se burla mientras me diseca.
No soy yo el que deambula indiferente,
es que tengo tobillos sumisos
y talones necios.

Opaco

Fuego que se mece
con el vaivén de la lluvia.
¿Tendrá la paz hojas y ramas?
o seré yo el que pesa menos...
Me convierto:
Soy polvo.
Ceniza en dedos difusos.
El viento me extinguió

martes, 11 de octubre de 2011

Reflejo

Frente al espejo
uno no puede quejarse del frío.
Adentro no hay fogatas o témpanos,
sólo dibujos que se mueven
imitando facciones y miradas.
En él no amanece
ni muere de a poco el día.
De pronto uno no tiene alma,
sino cicatrices en forma de piel.
Uno se juzga bajo uno mismo
y trata de ser más como la imagen.
Frente al espejo siempre aparecen dos
pero uno no deja de ser uno.

lunes, 10 de octubre de 2011

Hallazgos III


Me pasa que cuando escucho
espadas huecas que se afilan,
las paredes sacan brazos
que asfixian mis células.
Comparto mi ser con el frío eterno.
Y prefiero inundarme en el olor
de la tierra mojada sobre mí
a los litros de estupidez rapante
que invade mis oidos.