¡Sígueme!

sábado, 24 de agosto de 2013

Un turista

Llegué apenas anoche. ¡Cuánta prisa para llegar a cualquier parte! El mundo se abre en edificios bestiales. Solo, entre tanta calle y avenida, entre tanta palabra ingrata y rostro recelosamente pesado.
Viene el tren. No, no viene. Este no es; es otro que acaba de huir ruidosamente.
(El tiempo se hace de equivocaciones)
Quedamos de vernos en el banco. ¿Cuál banco? ¿Quién grita mi nombre entre tanto Alberto que divaga por el mundo?
Sudo. Las manos se mienten entre sí. ¿Dónde estás?
Un vestido floreado me tocó los hombros.
Hola.

No hay comentarios:

Publicar un comentario