Imagen tomada de www.alexvales.com.ar |
calzadas con zapatos rotos
y la piel negra
por los soles cotidianos.
Las hay, por otro lado,
presuntuosas,
con gustos finos
y caros paladares.
Unas tienen dientes flojos
por el imparable
vómito de palabras.
Otras son más clandestinas
con sombreros de fedora
y leves tintes de mafia.
Hay conversaciones amargas
que golpean el alma
como a un tambor viejo
y por último están las tristes
que solo se miran entre sí
sin ni siquiera decirse nada.
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