Imagen tomada de http://www.clairvision.org/ |
El sol quemó sus ojos. Sus manos lentamente comenzaron a recordar
como deslizarse a través del viento que se colaba por la ventana. Abrió su boca
pero en un principio solo salió aire. Con mucho esfuerzo logró retomar el
control de sí mismo mientras arrancaba desesperadamente de su garganta las palabras que por casi diez
años había querido gritar
- ¡Estoy... vivo!
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