Your name like a song I sing to myself.
R. Siken
Pará
un momento, dejame decirte algo sobre el amor.
Vos
jugás con tu nombre como una niña pequeña
que
recién aprendió a mentir,
enmascarás
el dolor con el dolor, como un teatro donde nos interpretamos,
donde
nos hacemos un Romeo y una Julieta
que
no saben nada (los cuerpos nunca saben nada) del dolor.
El
amor me tiene gris, constante.
Creo
en el amor como una vela, como cuando mirás al sol
para
quemarte un poquito los ojos.
Vos
sabés de los ojos que se van cerrando en mí
como
una c minúscula,
de cuerpo o crucifixión.
Vos
abrís esas manos como una promesa de todo lo que brilla,
como
si la luz nos poseyera por una vida,
y
aquí, iluminados, en la mano abierta, nos dejáramos morir.
La
muerte, corazón,
es una joya que nos enterraron desde el inicio,
y
sin embargo, no nos dijeron que hay cosas que solo se aman con la
luz.
Estamos
grises en medio del amor, amor.
Vos
tocas otra piel como un ritual
(Somos
lo sagrado en el cuerpo que toca otro cuerpo,
en
el dolor que toca otro dolor).
Pará
un momento, esto que es memoria está tibio
y
padece como sangre.
Vos
recordás,
resumís,
lo
que era el beso que no se ha dado nunca.
Pará
un momento,
dejame
soltarme de mí,
ponerme
el color que más te gusta,
para
que la herida sea menos horrible,
para
que tu voz no se quiebre en vano
cuando
el amor decida tomarnos por sorpresa.
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