Escribir, por ejemplo, no viene.
Definir el ser; el centro que soy tiembla como la raíz del olvido, de su olvido.
Avanzar. El movimiento es lo falso, es decir que alguien me respira mientras trato de aguantar la respiración hasta el punto azul de la discordia. Y no escribamos desamparo cuando nos dicen gracias así sin asco, como apedreándonos al alma, porque sí.
(El tiempo es dos enamorados jugando a matarse)
Escribir amor como deslizándose, haciendo la eme como quien ya no puede detenerse, como decir canción u orgasmo, y simplemente dejándose terminar. Hacer la erre como una despedida larga y dolorosa.
Adelantarse a la vida: no concebir otro malhumor que la carne pudriéndose, las caras opacas, tristes. Las caras sospechan de este yo que va dentro de la herida.
Adentrarse, más. Escribir.
Escribir, por ejemplo, hay noches o también hay silencio: duele la gota mínima del corazón haciéndose mujer.
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