El amor es lo curioso.
Los pájaros quieren cantan canciones de aire
se reúnen en cafés
para tocarse un poquito las plumas
y llorar.
El germen del amor nos invade
como hormigas rojas y vibrantes amor.
(Somos dos pájaros en descenso
las alas son lo innombrable en el hombre)
Más allá del pájaro está la muerte.
La muerte también es lo curioso.
El corazón enfermo sabe de la muerte
la lleva en su garganta como una excusa
en sus entrañas en donde insectos y memorias polulan
inevitablemente.
La piel se nos cae de amor.
Todo cae.
Un cuerpo un árbol una boca agrietada.
Esto es lo que lleva la parvada en su formación.
Viajamos acompañados de la muerte.
Un grito una confirmación.
La parvada añora el mar como añoran los hombres
que han sufrido demasiado.
Estamos infectados. Esto es lo curioso la caída.
El mundo es caernos en el agujero
donde el conejo blanco nos miente siempre
de alguna forma.
Los pájaros y los conejos no se llevan amor.
(Sólo vine a ver el jardín donde los animales remedan hombres
y las cosas nunca dejan de caerse).
Una imagen de caos, no obstante, sin caos no hay movimiento, no hay vida.
ResponderEliminarDe alguna manera, hay esperanza, hay cambio.