de rostros decrépitos
El Universo pare constelaciones
que paren planetas ensangrentados.
(El hombre es el fruto
de un árbol
que no nació nunca )
De un cuerpo saleotro cuerpo
como un abecedario encendido
de labios
de muslos colindando
de veneraciones
(manos aéreas)
de uñas hurgando las espaldas.
No hay muerte
no hay espasmo que contenga
a un hombre
que inventa el silencio la llaga
el hambre decimal de carne
la urgencia de dios que se restriega
por montañas esféricas
de sol.
Todo colapsa en el hombre
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